miércoles, 1 de octubre de 2008

Una historia...

Cuando empecé las clases en el nuevo instituto, tenía mucho miedo, estaba asustada porque todo era nuevo y pensé que me iba a costar adaptarme, pero al contrario, gracias a Dios me ha ido bastante bien, no me puedo quejar. Pero bueno esa no es la historia que quiero contar, entonces allá voy por ella.
Un día conocí a una chica, llamémosla X, porque a nadie le gustaría que hablaran de sí mismo y menos que pusieran su nombre.
Esta chica estaba siempre alejada del grupo y yo no entendía por qué. Un día decidí acercarme y ver qué ocurría. La verdad es que no se puede juzgar a nadie sin conocer, pero X es especial, nunca había conocido a nadie así. Por un lado intentaba saber lo que le pasaba, pero por otro lado sentía como que no se dejaba ayudar y a la vez yo me sentía mal, algo dentro de mí me decía que no era bueno que estuviera al lado de ella. Entonces le dije a mis amigos que me cambiaran el sitio y se solucionó el problema.
Pero ahora, que hablo con mis compañeras de clase, ellas me cuentan que es normal no tiene nada en la cabeza que le impida entender las cosas. Aunque es raro, porque todos se ríen de ella y no sé, parece que le gusta que lo hagan, porque no hace nada por impedirlo, y hasta le gusta que todo el mundo esté pendiente de ella aunque sea de esa manera. Yo no lo entiendo pero en fin.
Yo me río y bueno paso el rato bien, pero luego siento remordimientos, porque no sé su situación, no sé que ocurre a su alrededor, con su familia ni en su cabeza, es algo extraño. Pero, ¿qué hacer al respecto? La verdad es que no tengo idea, no sé cómo ayudarla, sé que necesita ayuda, pero no conozco la situación, no sé como prestarle mi ayuda, no sé qué hacer por ella. Es difícil ayudar a alguien cuando no puedes acercarte a ella pero no cierro las puertas, ¿alguna propuesta?
Besos.