lunes, 2 de febrero de 2009

Las dificultades de la vida.

¡Qué dura es la vida! Cuán difíciles son las situaciones diarias, qué impotencia sentir que no puedes hacer algo queriendo hacerlo…
A pesar de todo lo malo seguiré adelante, no habrá mal que me derrumbe para siempre, quizás sí unas horas o unos días, pero me recuperaré y seguiré adelante, porque nuestras vidas tienen un fin y aunque aún no sé el propósito de la mía, si estoy aquí será porque alguien quiso que esté, y será así hasta que ese que lo quiso para bien, lo quiera para mal, es decir, estaré aquí hasta que mi columna no soporte el peso de mis huesos, o mi carne esté en tan mal estado que carezca de forma…
Es difícil, vivir en este lugar, intentando además que todo salga bien, preocupándote día a día de que todos estén bien y por lo tanto tú estés mejor. Aún se hace más difícil la vida, si por más que intentas caminar recto, lo que más encuentras en tu camino son piedras, y no piedras pequeñas sino que grandes rocas que te impiden el paso. Por suerte, también hay personas a tu lado en esas situaciones, personas que te prestan su bastón para que te sea más fácil caminar, y personas que desde su lugar te dan gritos de ánimo. Hablo de nuestras familias, que aunque a veces parezca que no nos quieren, todo lo que hacen es por nuestro bien. Y también de los amigos, no hablo de los amigos que a la primera de cambio se olvidan de ti, sino que de aquellos que te sujetan y te ayudan contra viento y marea. A pesar de todo, muchas veces se nos hace insuficiente el apoyo de cualquier persona, así sea con la mejor intención del mundo, ¿y por qué ocurre así? Pues sólo nosotros podemos averiguarlo, bien sea porque se nos juntan muchos problemas, o porque un conflicto nos parece mucho mayor de lo que es, y creemos que no vamos a poder con él… Pero nos ocurra lo que nos ocurra, podemos ser pesimistas, claro que sí, porque a veces, hasta es bueno ser así, pero no podemos dejar que nos invada el miedo o la impotencia, aunque nos cueste, aunque nos parezca imposible, siempre habrá alguien que tenga la solución a lo que nos pasa. O quizás, tenemos la sensación de no encontrarla porque se encuentra dentro de nosotros mismos. Entonces debemos recurrir a la calma. Luego debemos pensar que es lo que ocurre y por qué. En el caso de no hallar respuesta, lo mejor es pedir ayuda, teniendo claro quiénes son los que pueden facilitártela. Señores, tenemos que ser positivos en su justa medida, pero no podemos dejar que una simple corriente de aire nos lleve, porque si eso puede con nosotros, ¿qué pasará cuando venga el viento? Sed positivos, pero sobretodo valientes, para no derrumbaros ante nada y fuertes para poder superarlo todo con éxito. Si el que nos ataca nos ve fuertes, puede que siga en sus trece, pero también puede que se eche para atrás. Siempre hay una segunda posibilidad para todo, ¡no la descartéis! Puede ser esa la que nos dé lo que anhelamos. ¡Mucha fuerza y mucha suerte! Gracias por todo.

¿De qué depende...?

¿De qué depende nuestra forma de ser? ¿De la educación que hemos recibido? ¿De los hechos o las situaciones por las que hemos tenido que pasar durante nuestra vida? Y si es así, ¿por qué hay personas que han nacido en familias muy buenas y se convierten en terroristas, o si suena fuerte, en personas muy malas? Y al contrario, ¿por qué personas que se han criado en un ambiente malo y les han ocurrido cosas muy malas llegan a ser personas importantes? ¿De qué depende entonces? ¿No se supone que todos deberíamos intentar ser buenas personas? ¿A que se debe que haya gente que no trate a los que le rodean como se merecen? ¿Será que existen muchas definiciones para la palabra bueno? ¿O que no todos queremos realmente ser buenas personas? Y si es así, ¿quién no quiere ser buena persona? Ya no sólo porque hablen bien de ti, sino que por tratar a los demás de buena forma, por no sé, hay tantas razones por las que uno querría ser buena persona… Pero yo me pregunto, si tenemos la posibilidad de ser buenos, ¿para qué ser malos? Desgraciadamente he tenido que escuchar a gente diciendo: "Ser malo es más divertido", o cosas por el estilo. ¿Por qué? ¿Para qué llevar la contraria a lo que ya está establecido? ¿Acaso no nos hemos dado cuenta de que recibimos lo que damos? ¿Acaso queremos recibir maldad por parte de los que nos rodean? Y con esto vuelvo al tema que no me deja dormir, al tema que está día y noche en mi cabeza, parece que hay alguien que no está de acuerdo con las cosas que hago o digo, pero no es capaz de hablar conmigo. ¿A qué se debe? ¿A que somos tan orgullosos que creemos que es una bajeza acercarte a tu compañero y pedirle explicaciones? ¿A que estamos tan poco seguros de lo que tenemos entendido, que por miedo a que la verdad sea muy contundente no nos atrevamos ni a preguntar? ¿Se deberá quizás a que la culpa es mía porque no me callo nada y como lo que digo no es mentira, no tienen palabras para responderme una vez que me he explicado? De lo que sí estoy segura es que un mal, trae a otro mal, y el que viene, cada vez es peor, si nos alimentamos de orgullo, de celos, de mentiras, de envidia… ¿qué esperamos tener a cambio? Pero aún así habrá gente que seguirá pensando que es más divertido. El problema está en que se nos ha dado mucha libertad, tanta, que ya todo nos parece poco. Realmente es una pena, pero como ya he dicho, somos muy pocos los que no queremos que esto sea así. Mientras exista una persona que esté en contra de lo bueno y dos o tres que le sigan, los esfuerzos serán inútiles. Una vez más no encuentro solución a los porqués de la vida. Quizás algún día alguien me dé respuestas a todas mis preguntas, o quizás no respuestas pero si una frase que me ayuda a encontrar esas respuestas que tanto necesito. Saludos a todos. Que sé que hay personas que leen lo que escribo, aunque sea de manera silenciosa, sé que están ahí y ésa es una de las razones que me animan a seguir escribiendo. Gracias por el apoyo.