martes, 10 de febrero de 2009

La autoestima.

¿Qué es la autoestima? La autoestima es un sentimiento valorativo de nuestro ser. Es aquello que nos permite salir adelante cuando otros nos atacan (en el caso de tenerla alta) o aquello que nos ayuda a estar aún peor en el caso de tenerla baja.
¿Cuándo empezamos a tener autoestima? Pues prácticamente desde que tenemos uso de razón. Desde que sabemos cuál es la realidad que nos rodea. A partir de un año de edad, los niños ya pueden darse cuenta de cómo es el mismo y de cómo le valoran los que están a su alrededor. Como lo más normal es que los padres estén orgullosos de sus hijos, aunque el niño sea feo, los padres le quieren y se lo demuestran, por lo que su autoestima suele estar bien. Sólo en el caso de los padres que maltratan a sus hijos, puede hacer que ellos tengan una autoestima baja.
La sociedad en la que vivimos nos impone una determinada serie de criterios, por lo que sólo “sobreviven”, los que son guapos, altos y delgados; los que tienen dinero para hacer modificaciones en su cuerpo y sentirse bien con ellos mismos; o los que tienen una muy buena autoestima, para poder salir del paso cuando alguien les ataca, ¿pero es fácil?
Siempre me han recomendado acudir a cursillos de autoestima porque según el concepto que tienen de ésta, creen que la tengo demasiado baja. Me suelo describir como fea, gorda y poco capacitada para hacer muchas cosas en diversos aspectos de mi vida. Muchos dicen que lo de “gorda”, es anorexia, porque es imposible que una persona como yo (que supuestamente estoy delgada), no puede considerarse gorda. Pero gracias a dios puedo afirmar que anorexia no tengo porque como lo suficiente y me apasiona el comer. Es uno de los grandes placeres de la vida e imprescindible para poder vivir. A día de hoy, no he encontrado algo que no pueda comer porque me disguste, así que la anorexia queda descartada.
Y cuando me dicen “guapa”, no puedo evitar decir gracias porque de desagradecidos está el infierno lleno, pero que sepas que no me considero guapa. Y me preguntan: “¿Por qué?” Y no puedo entender por qué me lo preguntan. Es cierto que si me llaman guapa es lógico que es porque lo piensan, entonces es lógico que no entiendan por qué digo eso. Pero no puedo evitarlo, no puedo engañarme a mí misma aunque digan que sea cosa de la autoestima y yo no me veo bonita ante el espejo. Quizás sea porque me arreglo y casi siempre me ven bien, pero lo hago porque ya que tengo que salir a la calle, para tener buen aspecto, pero no porque me sienta guapa.
Muchas veces se puede confundir la buena autoestima con ser creído, egocéntrico… Y son malos adjetivos calificativos, además no me gustan. Por suerte, la gran mayoría de las veces estoy feliz, ocurra lo que ocurra, entonces, ¿para qué ser de otra manera si así me siento bien? Siempre estaré agradecida a todos aquellos que me dicen buenas cosas, porque son las que hacen que siempre esté feliz, ya que si llega la tristeza a mi ser, recuerdo todas esas cosas bonitas y me alegro de nuevo, porque los que me dicen cosas mal, lo hacen con motivo de verme triste porque no soportan mi felicidad, entonces, ¿para qué darles el gusto?
Sed felices por delante de todo, eso es lo que más importa en esta vida. La felicidad mueve montañas y tengamos la autoestima baja o la tengamos alta, nada podrá hacer que nos vengamos abajo, nada podrá hacer que nos rindamos fácilmente si la felicidad reina en nuestros corazones así que luchad por ella que es la que verdaderamente importa en esta vida. ¡Mucha suerte en tu camino!