sábado, 28 de febrero de 2009

La historia.

Y quiso Dios, que un día naciera una niña en el seno de una familia que no era pobre, pero que podía estar muchísimo mejor económicamente. A pesar de todo, tenían casa, ropa y alimentos en la nevera. A pesar de que todo no era abundante, ella y su familia vivían en la humildad, únicamente con las necesidades primarias cubiertas y alguna secundaria que podían aprovechar. Y eran felices… Ella era muy feliz, lo fue, hasta que un día una compañera de clase la tirara por las escaleras, hasta que al año siguiente empezaran las torturas psicológicas por parte de otro compañero de clase, hasta que su mejor amiga la dejara sola sin explicaciones y no quisiera saber más de ella, hasta que alguien a quien ella quería mucho le dijera: "de esta te mato", hasta que compañeros de su clase se rieran de ella porque no eran tan bonita como las demás, hasta que alguien a quien ella quería mucho le dijera: "las puertas de mi casa están cerradas para ti", hasta que compañeros de su clase se rieran de ella porque era diferente, porque al contrario que los demás, tenía una vida medianamente correcta y unida a la religión, hasta que su segunda mejor amiga, un día, le hiciese de todo y más y ni siquiera se limitara a pedirle perdón, hasta que un día, por ser despistada no oír bien, y se rieran de ella porque estaba sorda, hasta que un día su "amiga", la que fue una de sus mejores amigas, no sólo no se atreviera a hablarle mirándole a la cara, sino que se riera de ella por sus defectos… Una vez más, nos parece que somos tan perfectos, que no sólo nos da la sensación de que podemos reírnos del otro a sus espaldas, sino que lo hacemos delante suyo, a su vista y a sus oídos. Una persona puede ser sorda por defecto, o hacerse la sorda, pero sorda no es lo mismo que ciega y los gestos se ven. ¡Qué triste que seamos de esta manera! Qué triste que no pensemos en el otro cuando estamos ante este tipo de situaciones. Qué pena que no podamos sentir lo que el otro siente cuando ya todo se ha acabado, ya que pensamos que eso dura en el momento, pero hay personas que entran en depresión por esa "tontería", y obviamente lo pasan realmente mal. Qué suerte que tienen los que nunca han pasado por situaciones malas. Pero recordad que lo que demos a los demás, nos llegará a nosotros en abundancia. Somos tan libres, que hasta ése punto podemos llegar, si la justicia nos lo permite. De momento, nada más, bueno… Una cosa, ¡piensen bien lo que hacen, que lo malo a nadie hace feliz!

viernes, 13 de febrero de 2009

San Valentín

¿Qué tal estás? Te escribo esta carta para desearte lo mejor en este día tan especial. Todos tenemos alguien a quien queremos mucho y eso es motivo de dar las felicitaciones.
Cada persona tiene su forma de querer y eso nadie lo puede cambiar pero creo que hay ciertos aspectos que no debemos descuidar:
Primero, saber querer y ser altruistas. Tener aprecio al otro sin esperar lo mismo o incluso más, ya que nunca podemos esperar más de lo que damos. Debemos amar sin límites, dejarnos llevar por eso que sentimos sin pensar en lo malo que pueda ocurrir y teniendo como objetivo una vida no delante ni detrás del otro sino que a su lado, apoyándole, dándole ánimos, pero sobretodo el amor que necesite.
Segundo, saber respetar. Querer a la otra persona sin sobrepasar los límites, no olvidemos que "Mi libertad termina cuando empieza la del otro", no obstruyamos su camino, podemos estar con él/ella incluso discutir sin tener que llegar a tocarle o insultarle…
Tercero, ser detallistas, y con eso no me refiero a regalos materiales. Un simple "¡Gracias!" en el momento oportuno y siempre que haga falta puede llenar de felicidad a la otra persona.
Cuarto, tener humildad. Felicitar al otro/a por sus victorias y ser agradecido cuando nos felicitan las nuestras. Las derrotas, saber aceptarlas sin reproches, rencores o envidias.
Quinto, ser sincero y leal. Decir siempre la verdad es una de las mejores cualidades que puede tener una persona. Si decimos la verdad, nunca correremos el riesgo de estar en una situación embarazosa por haber dicho una mentira. Si somos sinceros siempre, jamás nadie dudará de nuestra palabra. Y si además, somos leales, ya tenemos aseguradas muchas cosas en la vida, sobretodo la confianza de las personas que nos rodean.
Sexto, ser personas atentas, afables. Estar pendiente en todo momento de lo que ocurre a nuestro alrededor para que no puedan dañarnos a nosotros, para poder proteger a tiempo a nuestro acompañante y tratarle con amabilidad y atención.
Séptimo, ser inteligente. Para ello aprende, comprende y razona. Si llegas a la conclusión sobre el por qué ha sucedido algo, entiende que ha tenido que suceder por las circunstancias que se hayan presentado y aprende de ello, no dejes que vuelva a suceder. En el caso de que ocurra de nuevo, ya tienes aprendida la lección, así que actúa con sencillez y naturalidad.
Octavo y último, ser feliz. Si vives la vida con optimismo en su justa medida, es muy difícil que una situación pueda hacer que te vengas abajo. Muestra al mundo ese bienestar que llevas dentro y saca tu sonrisa, te alegrarás por la sensación que causas en las personas que se relacionan contigo, ya sea amistad o simplemente, una persona de hola y adiós. J

Compañero/a, como sabes, tengo dieciséis años y puedo asegurar que eres mayor que yo. Aunque así sea, no te dejes llevar por eso. Las cuestiones que aquí planteo son una mera causa de recordarte cosas importantes que deberías tener en cuenta. Léelas y pregúntate si lo tienes todo, nunca está de más revisarnos, no sólo el cuerpo, sino que la personalidad también. Estás en libre derecho de hacerlo o no, pero te aseguro que si lo haces, ganarás mucho. Recuerda: sé impecable en tus palabras, no te tomes nada personal, nunca hagas suposiciones, siempre da lo mejor de ti, pero sobretodo y lo más importante realiza aquello que te haga feliz sin perjudicar a los que te rodean. Al fin y al cabo será eso lo que te lleves de este mundo.
P. D.: Como podéis comprobar esto es una carta que he escrito para mis compañeros del curso de informática. Espero que os haya gustado y pues también podéis ponerlo en práctica si queréis. Saludoos!

martes, 10 de febrero de 2009

La autoestima.

¿Qué es la autoestima? La autoestima es un sentimiento valorativo de nuestro ser. Es aquello que nos permite salir adelante cuando otros nos atacan (en el caso de tenerla alta) o aquello que nos ayuda a estar aún peor en el caso de tenerla baja.
¿Cuándo empezamos a tener autoestima? Pues prácticamente desde que tenemos uso de razón. Desde que sabemos cuál es la realidad que nos rodea. A partir de un año de edad, los niños ya pueden darse cuenta de cómo es el mismo y de cómo le valoran los que están a su alrededor. Como lo más normal es que los padres estén orgullosos de sus hijos, aunque el niño sea feo, los padres le quieren y se lo demuestran, por lo que su autoestima suele estar bien. Sólo en el caso de los padres que maltratan a sus hijos, puede hacer que ellos tengan una autoestima baja.
La sociedad en la que vivimos nos impone una determinada serie de criterios, por lo que sólo “sobreviven”, los que son guapos, altos y delgados; los que tienen dinero para hacer modificaciones en su cuerpo y sentirse bien con ellos mismos; o los que tienen una muy buena autoestima, para poder salir del paso cuando alguien les ataca, ¿pero es fácil?
Siempre me han recomendado acudir a cursillos de autoestima porque según el concepto que tienen de ésta, creen que la tengo demasiado baja. Me suelo describir como fea, gorda y poco capacitada para hacer muchas cosas en diversos aspectos de mi vida. Muchos dicen que lo de “gorda”, es anorexia, porque es imposible que una persona como yo (que supuestamente estoy delgada), no puede considerarse gorda. Pero gracias a dios puedo afirmar que anorexia no tengo porque como lo suficiente y me apasiona el comer. Es uno de los grandes placeres de la vida e imprescindible para poder vivir. A día de hoy, no he encontrado algo que no pueda comer porque me disguste, así que la anorexia queda descartada.
Y cuando me dicen “guapa”, no puedo evitar decir gracias porque de desagradecidos está el infierno lleno, pero que sepas que no me considero guapa. Y me preguntan: “¿Por qué?” Y no puedo entender por qué me lo preguntan. Es cierto que si me llaman guapa es lógico que es porque lo piensan, entonces es lógico que no entiendan por qué digo eso. Pero no puedo evitarlo, no puedo engañarme a mí misma aunque digan que sea cosa de la autoestima y yo no me veo bonita ante el espejo. Quizás sea porque me arreglo y casi siempre me ven bien, pero lo hago porque ya que tengo que salir a la calle, para tener buen aspecto, pero no porque me sienta guapa.
Muchas veces se puede confundir la buena autoestima con ser creído, egocéntrico… Y son malos adjetivos calificativos, además no me gustan. Por suerte, la gran mayoría de las veces estoy feliz, ocurra lo que ocurra, entonces, ¿para qué ser de otra manera si así me siento bien? Siempre estaré agradecida a todos aquellos que me dicen buenas cosas, porque son las que hacen que siempre esté feliz, ya que si llega la tristeza a mi ser, recuerdo todas esas cosas bonitas y me alegro de nuevo, porque los que me dicen cosas mal, lo hacen con motivo de verme triste porque no soportan mi felicidad, entonces, ¿para qué darles el gusto?
Sed felices por delante de todo, eso es lo que más importa en esta vida. La felicidad mueve montañas y tengamos la autoestima baja o la tengamos alta, nada podrá hacer que nos vengamos abajo, nada podrá hacer que nos rindamos fácilmente si la felicidad reina en nuestros corazones así que luchad por ella que es la que verdaderamente importa en esta vida. ¡Mucha suerte en tu camino!

lunes, 9 de febrero de 2009

Valentía

¿Qué es ser valiente? Ser valiente es arriesgarse. Arriesgarse es hacer algo aún sabiendo que tienes riesgo de perder, pero afortunadamente no siempre perdemos, ya que si siempre perdiéramos nadie arriesgaría y por lo tanto nadie sería valiente. Pero debemos ser positivos y pensar que en un 50% tenemos la posibilidad de ganar algo bueno que nos beneficie y que nos haga sentir bien.
Pero, ¿cómo ser valientes? ¿Es eso algo innato o lo aprendemos con el paso de los años? Pues aunque parezca sencillo no es nada fácil y más aún cuando no has tenido buenas experiencias en tu vida, experiencias que te desmoronan y que a veces te hacen ver el cielo negro cuando realmente es de color azul. Por lo tanto, en mi opinión, la valentía no es algo que tengas desde tu nacimiento sino que los mismos hechos que ocurren a lo largo de tu vida van modificando ese aspecto de tu personalidad.
Siempre he oído decir a mis mayores que el que no arriesga no pierde pero tampoco gana, y con esto vuelvo al tema del principio, es muy importante que tengamos en cuenta esa frase a la hora de actuar, y que no nos sintamos vencidos sin haber puesto “toda la carne en el asador”. Es muy fácil decir “no ha pasado nada”, pero nos avergonzamos en cierto modo porque tampoco hemos ganado, hasta tal punto de que no somos capaces de decir que ha pasado eso porque no hemos luchado por eso que queremos y que nos puede hacer felices.
A lo largo de nuestra vida nos proponemos muchos retos, pero ¿qué sería de esas metas a las que queremos llegar si no tuviéramos valentía? Pensadlo bien porque lamentablemente sería imposible cumplir nuestros más preciados sueños si no tenemos esta característica. Aunque sea difícil, hasta para eso debemos tener valor, para lanzarnos a la piscina, ser optimistas por encima de todo y no dejarnos llevar por las malas experiencias.
Tampoco debemos arriesgarnos si estamos 100% seguros de que no vamos a ganar nada a cambio, ya que eso sería masoquismo. Es muy raro que ocurra pero puede suceder. Si al menos tenemos posibilidades en un 1%, ya es motivo de tirar para adelante y no pensar en lo malo, sino que ser optimistas y pensar que nosotros podemos con eso.
En el caso de que salga mal, tampoco debemos debilitarnos, sino que aprovecharlo como experiencia y aprender tanto de lo bueno para ser mejores personas, como de lo malo para que no nos vuelva a suceder. Todo es posible en esta vida y aunque podamos estar seguros casi al 100%, si no lo estamos en esa cifra, podemos equivocarnos, o pueden torcerse las cosas y no salir como nosotros esperábamos. Incluso en el total convencimiento, aunque los hechos nos demuestren que vamos a salir vencedores, podemos equivocarnos en algo posterior y estropear todo lo que hemos conseguido.
¡Oh, Dios mío! Enséñanos a aprender de las personas más valientes que han pasado por este lugar, gente que lo ha dado todo sin recibir nada a cambio, tales como: Gandhi, Madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King… Ellos si que han sido valientes. Aunque nosotros no lleguemos a tener un reconocimiento hasta ese punto, ayúdanos para ser así en el día a día y al menos demostrárselo a los que nos rodean. Saludoos!

lunes, 2 de febrero de 2009

Las dificultades de la vida.

¡Qué dura es la vida! Cuán difíciles son las situaciones diarias, qué impotencia sentir que no puedes hacer algo queriendo hacerlo…
A pesar de todo lo malo seguiré adelante, no habrá mal que me derrumbe para siempre, quizás sí unas horas o unos días, pero me recuperaré y seguiré adelante, porque nuestras vidas tienen un fin y aunque aún no sé el propósito de la mía, si estoy aquí será porque alguien quiso que esté, y será así hasta que ese que lo quiso para bien, lo quiera para mal, es decir, estaré aquí hasta que mi columna no soporte el peso de mis huesos, o mi carne esté en tan mal estado que carezca de forma…
Es difícil, vivir en este lugar, intentando además que todo salga bien, preocupándote día a día de que todos estén bien y por lo tanto tú estés mejor. Aún se hace más difícil la vida, si por más que intentas caminar recto, lo que más encuentras en tu camino son piedras, y no piedras pequeñas sino que grandes rocas que te impiden el paso. Por suerte, también hay personas a tu lado en esas situaciones, personas que te prestan su bastón para que te sea más fácil caminar, y personas que desde su lugar te dan gritos de ánimo. Hablo de nuestras familias, que aunque a veces parezca que no nos quieren, todo lo que hacen es por nuestro bien. Y también de los amigos, no hablo de los amigos que a la primera de cambio se olvidan de ti, sino que de aquellos que te sujetan y te ayudan contra viento y marea. A pesar de todo, muchas veces se nos hace insuficiente el apoyo de cualquier persona, así sea con la mejor intención del mundo, ¿y por qué ocurre así? Pues sólo nosotros podemos averiguarlo, bien sea porque se nos juntan muchos problemas, o porque un conflicto nos parece mucho mayor de lo que es, y creemos que no vamos a poder con él… Pero nos ocurra lo que nos ocurra, podemos ser pesimistas, claro que sí, porque a veces, hasta es bueno ser así, pero no podemos dejar que nos invada el miedo o la impotencia, aunque nos cueste, aunque nos parezca imposible, siempre habrá alguien que tenga la solución a lo que nos pasa. O quizás, tenemos la sensación de no encontrarla porque se encuentra dentro de nosotros mismos. Entonces debemos recurrir a la calma. Luego debemos pensar que es lo que ocurre y por qué. En el caso de no hallar respuesta, lo mejor es pedir ayuda, teniendo claro quiénes son los que pueden facilitártela. Señores, tenemos que ser positivos en su justa medida, pero no podemos dejar que una simple corriente de aire nos lleve, porque si eso puede con nosotros, ¿qué pasará cuando venga el viento? Sed positivos, pero sobretodo valientes, para no derrumbaros ante nada y fuertes para poder superarlo todo con éxito. Si el que nos ataca nos ve fuertes, puede que siga en sus trece, pero también puede que se eche para atrás. Siempre hay una segunda posibilidad para todo, ¡no la descartéis! Puede ser esa la que nos dé lo que anhelamos. ¡Mucha fuerza y mucha suerte! Gracias por todo.

¿De qué depende...?

¿De qué depende nuestra forma de ser? ¿De la educación que hemos recibido? ¿De los hechos o las situaciones por las que hemos tenido que pasar durante nuestra vida? Y si es así, ¿por qué hay personas que han nacido en familias muy buenas y se convierten en terroristas, o si suena fuerte, en personas muy malas? Y al contrario, ¿por qué personas que se han criado en un ambiente malo y les han ocurrido cosas muy malas llegan a ser personas importantes? ¿De qué depende entonces? ¿No se supone que todos deberíamos intentar ser buenas personas? ¿A que se debe que haya gente que no trate a los que le rodean como se merecen? ¿Será que existen muchas definiciones para la palabra bueno? ¿O que no todos queremos realmente ser buenas personas? Y si es así, ¿quién no quiere ser buena persona? Ya no sólo porque hablen bien de ti, sino que por tratar a los demás de buena forma, por no sé, hay tantas razones por las que uno querría ser buena persona… Pero yo me pregunto, si tenemos la posibilidad de ser buenos, ¿para qué ser malos? Desgraciadamente he tenido que escuchar a gente diciendo: "Ser malo es más divertido", o cosas por el estilo. ¿Por qué? ¿Para qué llevar la contraria a lo que ya está establecido? ¿Acaso no nos hemos dado cuenta de que recibimos lo que damos? ¿Acaso queremos recibir maldad por parte de los que nos rodean? Y con esto vuelvo al tema que no me deja dormir, al tema que está día y noche en mi cabeza, parece que hay alguien que no está de acuerdo con las cosas que hago o digo, pero no es capaz de hablar conmigo. ¿A qué se debe? ¿A que somos tan orgullosos que creemos que es una bajeza acercarte a tu compañero y pedirle explicaciones? ¿A que estamos tan poco seguros de lo que tenemos entendido, que por miedo a que la verdad sea muy contundente no nos atrevamos ni a preguntar? ¿Se deberá quizás a que la culpa es mía porque no me callo nada y como lo que digo no es mentira, no tienen palabras para responderme una vez que me he explicado? De lo que sí estoy segura es que un mal, trae a otro mal, y el que viene, cada vez es peor, si nos alimentamos de orgullo, de celos, de mentiras, de envidia… ¿qué esperamos tener a cambio? Pero aún así habrá gente que seguirá pensando que es más divertido. El problema está en que se nos ha dado mucha libertad, tanta, que ya todo nos parece poco. Realmente es una pena, pero como ya he dicho, somos muy pocos los que no queremos que esto sea así. Mientras exista una persona que esté en contra de lo bueno y dos o tres que le sigan, los esfuerzos serán inútiles. Una vez más no encuentro solución a los porqués de la vida. Quizás algún día alguien me dé respuestas a todas mis preguntas, o quizás no respuestas pero si una frase que me ayuda a encontrar esas respuestas que tanto necesito. Saludos a todos. Que sé que hay personas que leen lo que escribo, aunque sea de manera silenciosa, sé que están ahí y ésa es una de las razones que me animan a seguir escribiendo. Gracias por el apoyo.

domingo, 1 de febrero de 2009

¿Criticar o simplemente decir la verdad?

Todos los que tenemos la suerte de poder hablar, lo hacemos de todo lo que nos rodea, ya sea para comentar algo o para dar nuestra opinión, sea buena o mala, sobre algo o alguien. Además, es casi inevitable, por lo menos si eres totalmente sincero, es decir, si alguien te pregunta que cómo va algo, y le cuentas la verdad, ya estás hablando sobre eso. Para una persona muy sincera, es imposible fingir, por lo tanto si algo va mal, lo dice pase lo que pase y a veces parece que el problema es mucho más grande de lo que realmente es y más aún si no sabes nada de lo que ha pasado y es una sola persona quién te lo explica. Seguramente esto es difícil de entender, sólo si has pasado por algo similar te darás cuenta del hecho al que me refiero.
Siendo sincero, ¿cómo puedes hablar maravillas de algo que es horrible? ¿Cómo puedes cambiar un hecho para que no sea tan feo? ¿Será cosa de la persona que lo cuenta? ¿O en esto tienen que ver tanto la persona que lo cuenta como la persona que hace las cosas mal? En mi opinión, y como siempre, ya lo he dicho en entradas anteriores, hemos de ser conscientes de todo lo que hacemos. Si hacemos las cosas mal, nos exponemos a que hablen mal de nosotros y eso no se soluciona enfadándonos con el que habló de nosotros y pasando del tema, sino que hablando con el que tengamos que hablar y pidiéndole explicaciones. ¿Cómo puedo pretender yo sintiéndome el obligo del mundo, que ni siquiera soy capaz de pedir perdón o de aceptar un error, que hablen de mí como si fuera una diosa? ¡Dios mío! ¿Por qué somos así? ¿A dónde pretendemos llegar? Por mucho que los demás hablen bien de ti, cuando el que no te conoce, te conozca, va a saber quién eres realmente, así que no sé qué será peor…
Hasta aquí esta entrada, últimamente no estoy inspirada y sigo esperando respuestas, sigo esperando que el que tenga que hablar conmigo lo haga lo antes posible, porque una cosa se junta con otra y al final, se te hace un lío en la cabeza que no te deja vivir, ya no sólo por lo que haya pasado, sino que por lo que te imaginas y al final llegas a creer que hiciste, aunque en realidad sea mentira… Sólo palabras. Besos a todos.