viernes, 13 de febrero de 2009

San Valentín

¿Qué tal estás? Te escribo esta carta para desearte lo mejor en este día tan especial. Todos tenemos alguien a quien queremos mucho y eso es motivo de dar las felicitaciones.
Cada persona tiene su forma de querer y eso nadie lo puede cambiar pero creo que hay ciertos aspectos que no debemos descuidar:
Primero, saber querer y ser altruistas. Tener aprecio al otro sin esperar lo mismo o incluso más, ya que nunca podemos esperar más de lo que damos. Debemos amar sin límites, dejarnos llevar por eso que sentimos sin pensar en lo malo que pueda ocurrir y teniendo como objetivo una vida no delante ni detrás del otro sino que a su lado, apoyándole, dándole ánimos, pero sobretodo el amor que necesite.
Segundo, saber respetar. Querer a la otra persona sin sobrepasar los límites, no olvidemos que "Mi libertad termina cuando empieza la del otro", no obstruyamos su camino, podemos estar con él/ella incluso discutir sin tener que llegar a tocarle o insultarle…
Tercero, ser detallistas, y con eso no me refiero a regalos materiales. Un simple "¡Gracias!" en el momento oportuno y siempre que haga falta puede llenar de felicidad a la otra persona.
Cuarto, tener humildad. Felicitar al otro/a por sus victorias y ser agradecido cuando nos felicitan las nuestras. Las derrotas, saber aceptarlas sin reproches, rencores o envidias.
Quinto, ser sincero y leal. Decir siempre la verdad es una de las mejores cualidades que puede tener una persona. Si decimos la verdad, nunca correremos el riesgo de estar en una situación embarazosa por haber dicho una mentira. Si somos sinceros siempre, jamás nadie dudará de nuestra palabra. Y si además, somos leales, ya tenemos aseguradas muchas cosas en la vida, sobretodo la confianza de las personas que nos rodean.
Sexto, ser personas atentas, afables. Estar pendiente en todo momento de lo que ocurre a nuestro alrededor para que no puedan dañarnos a nosotros, para poder proteger a tiempo a nuestro acompañante y tratarle con amabilidad y atención.
Séptimo, ser inteligente. Para ello aprende, comprende y razona. Si llegas a la conclusión sobre el por qué ha sucedido algo, entiende que ha tenido que suceder por las circunstancias que se hayan presentado y aprende de ello, no dejes que vuelva a suceder. En el caso de que ocurra de nuevo, ya tienes aprendida la lección, así que actúa con sencillez y naturalidad.
Octavo y último, ser feliz. Si vives la vida con optimismo en su justa medida, es muy difícil que una situación pueda hacer que te vengas abajo. Muestra al mundo ese bienestar que llevas dentro y saca tu sonrisa, te alegrarás por la sensación que causas en las personas que se relacionan contigo, ya sea amistad o simplemente, una persona de hola y adiós. J

Compañero/a, como sabes, tengo dieciséis años y puedo asegurar que eres mayor que yo. Aunque así sea, no te dejes llevar por eso. Las cuestiones que aquí planteo son una mera causa de recordarte cosas importantes que deberías tener en cuenta. Léelas y pregúntate si lo tienes todo, nunca está de más revisarnos, no sólo el cuerpo, sino que la personalidad también. Estás en libre derecho de hacerlo o no, pero te aseguro que si lo haces, ganarás mucho. Recuerda: sé impecable en tus palabras, no te tomes nada personal, nunca hagas suposiciones, siempre da lo mejor de ti, pero sobretodo y lo más importante realiza aquello que te haga feliz sin perjudicar a los que te rodean. Al fin y al cabo será eso lo que te lleves de este mundo.
P. D.: Como podéis comprobar esto es una carta que he escrito para mis compañeros del curso de informática. Espero que os haya gustado y pues también podéis ponerlo en práctica si queréis. Saludoos!