lunes, 10 de agosto de 2009

¡He regresado!

¡Hola! ¿Qué tal? He vuelto, no sé si por poco o mucho tiempo pero lo cierto es que estoy aquí, porque quiero porque me gusta escribir y porque creo que después de más de cinco meses ya es hora de escribir aunque sea dos frasecitas, pero si me habéis leído alguna vez os daréis cuenta de que los textos cortos no son lo mío...
Bueno... han ocurrido tantas cosas desde que no escribo que no sé por qué historia empezar, así que empezaré por una pregunta: ¿Hasta qué punto puede una persona calumniar sobre otra? ¿Se puede tener tanto odio a alguien como para inventar mentiras que le bajen de categoría y quedar nosotros como protagonistas y triunfadores? ¿Acaso no nos damos cuenta de que "se coje antes a un mentiroso que a un cojo", que tarde o temprano "saldrá la verdad a la luz"? ¿Se puede predicar sin dar ejemplo? Y si es así, ¿no nos da vergüenza de que nos descubran y quedar como lo peor ante los que nos conocen? Somos personas, pero eso no es excusa para sacar cosas de donde no las hay, porque nos puede llegar un rumor, pero antes de decirlo a todos debemos asegurarnos de que es cierto, a no ser que queramos ser protagonistas, ni más ni menos... Pero ¡ese no es el camino! ¿Tanto cuesta dejar que los demás disfruten de la felicidad que les da su vida como recompensa al buen trabajo que hacen? ¿Por qué siempre pensamos que el mal camino es el mejor? ¿Por qué no probamos a repartir bien y a esperar que éste dé sus frutos? ¡Qué variedad de carácteres hay en el mundo! Cada día entiendo menos cómo somos capaces de mentir a los demás transmitiendo algo falso, algo que no nos aplicamos a nosotros mismos, y me incluyo porque no soy perfecta, porque cometo fallos horribles, pero gracias a Dios cuando me doy cuenta intento corregirlos lo más rápido posible, pero no todo el mundo es así, y no entiendo el por qué. Quién habrá transmitido esas falsas ideas de que "lo malo es mejor"... Con lo fácil que es hacer y recibirlo multiplicado, pero como todo tiene sus pros y sus contras, lo malo de recibir bien es que otros te tengan envidia y vuelva a ser la pescadilla que se muerda la cola, pero bueno todo está en tener esperanza en que todo cambie a mejor por supuesto. Y aunque no soy tan mayor, afirmo que la esperanza me ha ayudado a dejar muchas puertas que quería cerrar, abiertas y al final han salido bien las cosas, así que en vuestras manos queda. Un saludo y hasta pronto.