domingo, 1 de febrero de 2009

¿Criticar o simplemente decir la verdad?

Todos los que tenemos la suerte de poder hablar, lo hacemos de todo lo que nos rodea, ya sea para comentar algo o para dar nuestra opinión, sea buena o mala, sobre algo o alguien. Además, es casi inevitable, por lo menos si eres totalmente sincero, es decir, si alguien te pregunta que cómo va algo, y le cuentas la verdad, ya estás hablando sobre eso. Para una persona muy sincera, es imposible fingir, por lo tanto si algo va mal, lo dice pase lo que pase y a veces parece que el problema es mucho más grande de lo que realmente es y más aún si no sabes nada de lo que ha pasado y es una sola persona quién te lo explica. Seguramente esto es difícil de entender, sólo si has pasado por algo similar te darás cuenta del hecho al que me refiero.
Siendo sincero, ¿cómo puedes hablar maravillas de algo que es horrible? ¿Cómo puedes cambiar un hecho para que no sea tan feo? ¿Será cosa de la persona que lo cuenta? ¿O en esto tienen que ver tanto la persona que lo cuenta como la persona que hace las cosas mal? En mi opinión, y como siempre, ya lo he dicho en entradas anteriores, hemos de ser conscientes de todo lo que hacemos. Si hacemos las cosas mal, nos exponemos a que hablen mal de nosotros y eso no se soluciona enfadándonos con el que habló de nosotros y pasando del tema, sino que hablando con el que tengamos que hablar y pidiéndole explicaciones. ¿Cómo puedo pretender yo sintiéndome el obligo del mundo, que ni siquiera soy capaz de pedir perdón o de aceptar un error, que hablen de mí como si fuera una diosa? ¡Dios mío! ¿Por qué somos así? ¿A dónde pretendemos llegar? Por mucho que los demás hablen bien de ti, cuando el que no te conoce, te conozca, va a saber quién eres realmente, así que no sé qué será peor…
Hasta aquí esta entrada, últimamente no estoy inspirada y sigo esperando respuestas, sigo esperando que el que tenga que hablar conmigo lo haga lo antes posible, porque una cosa se junta con otra y al final, se te hace un lío en la cabeza que no te deja vivir, ya no sólo por lo que haya pasado, sino que por lo que te imaginas y al final llegas a creer que hiciste, aunque en realidad sea mentira… Sólo palabras. Besos a todos.