jueves, 20 de noviembre de 2008

Origen del título de este blog.

Mucha gente se preguntará, ¿qué sentido tiene el título de este blog? Historias del mundo en el que vives…
Vale, eso lo acepto, pero ¿por qué un continuo sí pero no? Pues la verdad es que no sé si hay alguien que se lo haya preguntado, pero por la duda, responderé.
En este lugar en el que vivimos ocurren muchas cosas, un día crees en algo y pues al día siguiente, las circunstancias, los relatos, los textos, las historias que lees pueden hacer que cambies de opinión. ¿Por qué? Eso sí que no lo sé, pero ocurre así.
A mí me ocurren día a día estas cosas, por eso pensé que este título podría ajustarse al blog de mi vida.
Por ejemplo, hace ya varios días escribí una entrada relacionada con la muerte y dije que pues era uno de mis temores. Quizás ahora sigo teniéndolo, pero no de la misma forma que antes y ¿a qué es debido? Pues a documentos que he leído en Internet que me han hecho reflexionar y preguntarme por qué tenerle miedo. Cómo respuesta he obtenido que siendo cristiana, iré al purgatorio primero, porque santa no soy, cumpliré la condena que me toque, por los pecados que he cometido aquí en la tierra, pero ojalá, bueno tengo Fe y casi puedo asegurar (aunque nadie me lo ha dicho), que después iré al Cielo, si Dios siente que estoy arrepentida, por lo que gozaré de su presencia y seré feliz para toda la eternidad, sin limitaciones. Por otra parte, no llego a asimilar la idea de que exista un Cielo, un lugar en el que nadie pueda hacernos daño, un lugar en el que se cumpla el sueño que tengo en este mundo, ¡ser feliz! Así que puede que después de la muerte, tenga lugar la reencarnación, que nuestra alma se introduzca en otro cuerpo. No seremos las mismas personas, pero volveremos a la vida, que es lo que muchas veces nos duele, el morir perdiendo esta vida, dejando de existir aquí, dejando de ver a las personas que quieres y compartir con ellas momentos especiales (si hablamos de mi caso, también dejando de ver a las personas que no te caen del todo bien, pero a las que no quieres rechazar, porque piensas que puedes ayudarles a ser mejores personas). Antes, prefería creer en la reencarnación (la Iglesia ya no cree en ella), ero ahora he pensado, ¿para qué? ¿Para qué queremos volver a este mundo si vamos a ser personas totalmente diferentes? Vamos a perder todo lo que hemos conseguido y quizás hasta seamos delincuentes, drogadictos… O quizás tengamos que vivir en extremas condiciones de vida, como por ejemplo, en África. Conclusión: Prefiero pensar, por lo menos hoy día, que después del fallecimiento, llega la feliz vida eterna, siendo quienes somos y disfrutando de nuestra recompensa si hemos intentado ser buenas personas en la Tierra.
Otro ejemplo: El destino.
¿Qué pensar? ¿Qué existe o que no?
Si la respuesta es sí, ¿qué es eso del destino? ¿Es algo que tenemos marcado en la vida? ¿Quién nos lo ha marcado? ¿Se puede cambiar?
Si la respuesta es no, ¿por qué ocurren los hechos? ¿Por la casualidad?
En un accidente grave (como los de tráfico), casi siempre pienso que fue producto del destino, que si la persona murió, o quedó en silla de ruedas, o simplemente quedó viva, ha sido porque su destino estaba escrito así.
Pero en un accidente del día a día (como un esguince, una quemadura), pienso que es cosa de la casualidad, que no te diste cuenta y tropezaste, por eso tienes el esguince, o que te quemaste porque estabas despistado y no atendiste a la situación.
Estas son mis opiniones, quizás cambien como es de esperar, ya que soy super indecisa, pero espero que estos ejemplos os ayuden a entender un poquito mejor el por qué éste blog con éste título.
Un saludo.

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